El delantal de las derrotas



Un filósofo no está alejado de la poesía
está frustrado de ella.

Durante el día:
intenta buscarla,
sumerge su rostro en agua cristalina
y sale a flote con barro en los ojos,
talla su mente,
esculpe su alma,
pero encuentra nada.
Es como la agonía del ahogado en un pantano:
espera una mano de las letras que lo impulsaron
al vacío.

Un filósofo no busca un plato de verdad,
se encuentra con la casualidad 
y el azar salpicados en su delantal.

La poesía es un pastel rodando en el horno:
Nadie puede abrirlo porque explota,
Nadie busca mancharse con tantas derrotas.

Un filósofo está lleno de derrotas verdaderas,
sufre por la poesía que le ha manchado el alma
como todos los días en su vida arruinada.

Un filósofo es un poeta;
un poeta es un filósofo,
y ambos conviven en agonía.

                                                              
Ian Yetlanezi Chávez Flores



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